Ser humildes no es ir sucios, ni abandonados, ni mostrarnos indiferentes a todo lo que pasa a nuestro alrededor, en una continua dejación de derechos. Mucho menos es ir pregonando cosas tontas contra uno mismo. No puede haber humildad donde hay comedia e hipocresía, porque la humildad es la verdad.
En diálogo con el Señor
Tiempo de acción de gracias. 4b
San josemaría